

La historia del Arca de Noé, según los capítulos 6 al 9 del libro del Génesis, comienza como sigue:
Yahvé observó que los hombres se estaban multiplicando sobre la faz de la Tierra y la maldad crecía en ellos y el propósito de su creación no se cumplía, por lo que decidió destruir esas generaciones.
Sin embargo, uno de sus habitantes era un sumo sacerdote llamado Noé.
«Un hombre justo y cabal entre la gente de su tiempo», y decidió que a
él le correspondería mantener el linaje de los hombres de aquella
tierra. Yahvé dijo a Noé que construyera un arca o barca, y que llevara
con él a su esposa, a sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a las esposas de éstos.
Adicionalmente, tenía que llevar de ciertos tipos de animales, hembra
y macho, y en distinta cantidad: de los puros debía tomar siete parejas
y de los impuros una sola pareja; y para suministrarles alimentos, le
dijo que tomara y almacenara la comida necesaria.
Obviamente, Noé no tenía los conocimientos ni las herramientas para
construir tamaño proyecto de barco, Yahvé le proporcionó los
conocimientos y las herramientas. El período que Noé tuvo para la
construcción del arca, fue de 120 años y en un lugar desértico y
apartado lejos de todo cuerpo de agua, según la cronología bíblica.
Mientras construía el Arca, Noé y su familia fueron objeto de burlas
diarias por parte de sus vecinos quienes venían a hostigar y mofarse de
cómo Noé construía un barco en pleno desierto, del cuál el cuerpo de
agua más cercano, estaba a unos 15 km de distancia, y adicionalmente, la
lluvia en ése tiempo no existía o no era común.
Cuando Noé completó el arca, entraron con él su familia y los
animales que le habían mandado. «Aquel día fueron rotas todas las
fuentes del grande abismo, y las cataratas del cielo fueron abiertas, y
hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches». El diluvio
cubrió hasta las montañas más altas. y todas las criaturas de la Tierra
murieron; sólo Noé y los que estaban con él en el arca sobrevivieron.
Finalmente, después de muchos días, el arca se asentó en el monte Ararat,
y las aguas retrocedieron por algunos días hasta que emergieron las
cimas de las montañas. Entonces Noé envió a un cuervo que «salió, y
estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la
tierra».
Luego Noé envió una paloma, que regresó porque no tuvo donde posarse.
Noé envió de nuevo a la paloma y regresó con una hoja de olivo en su
pico, y entonces supo que las aguas se habían retirado. Noé esperó siete
días más y envió a la paloma una vez más, y esta vez el ave no regresó.
Pero tuvo que esperar unos días más, entonces él, su familia y los
animales salieron del Arca, y Noé ofreció un sacrificio a Yahvé, y Dios
decidió que no volvería a exterminar a todos los seres vivos con aguas
de diluvio, ni habría más diluvio para destruir la tierra.7
Para recordar esta
promesa, Yahvé puso un
arcoíris
en las nubes y dijo, “Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la
tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del
pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda
carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne".Vivió Noé después del
diluvio 350 años más, y finalmente, a la edad de 950 años, murió